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Madrid F.C. contra Athletic-Club Septiembre 1915

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Dos «matchs» ha jugado el «Madrid F.C. », en Jolaseta, y los dos ha perdido. En este resultado, han influido, la superioridad del enemigo, el desconocimiento del campo y la
desaprensión del club Madrid, circunstancias íntimamente relacionada con la apuntada en primer término, hasta I el punto de hacer de ella una consecuencia lógica. Expliquémonos.

Lo del campo no necesita de largas explicaciones; es cosa que viene dándose desde que el fútbol en España se juega en terrenos que llamamos duros, por no calificarlos de mataderos de equipiers. Mientras no se tome una resolución radical en bien de la pureza de este sport y en bien de la integridad física de los muchachos que se exponen á perderla por practicarlo en semejantes terrenos, siempre existirán esos desconocimientos del piso que impone tácticas distintas, que hacen deslucidos los encuentros entre dos equipos de clubs de regiones que poseen campos de diferente naturaleza; desde el granito hasta la suave arena, hay una escala interminable.

La desaprensión del Madrid F.C, es el factor más importante, por lo que en sí supone y hace desmerecer á su región, y después por dar lugar á que el enemigo adquiera una superioridad sobre él, que no existiría si no se diera aquella causa. Desaprensión llamo yo, al presentar un equipo con grandes remiendos, un equipo que no es el primero ni puede representarlo, aunque muchos de sus elementos figuren en él. Esto, unido á las vacaciones veraniegas.

Para salir de casa se precisa hacer un verdadero esfuerzo, para ir convencidos de que no se va á hacer un triste papel. Porque no sólo se pone en lucha la honrilla del club, que en poca estima la tendrán, cuando tan mal defendida ia mandan á conciencia; se pone en lucha también el nombre de la región que representa, por ser en ella un principal elemento de extraordinaria influencia en su desenvolvimiento deportivo.

Y si de lo primero, ellos (el club), son ios únicos dueños absolutos, de lo segundo tienen compañeros que no deben tolerarla. Función es ésta que incumbe á las Federaciones Regionales, que debían de llegar entre sí á un acuerdo, por el cual, no saldría ningún equipo á jugar fuera de su región contra el de otra, sin tener el Visto Bueno de su Federación, que sirviera de garantía para los de su región y para sus beligerantes.

Así se evitaría el dar gato por liebre y el que un club como el «Madrid F.C. , de tan gloriosa historia, por una desaprensión que hoy día no se puede cortar, haga un papel que no es el suyo, ni mucho menos, y que está muy por debajo de su nombre.

Y esto, sólo puede decirse teniendo tan buenos amigos como tengo yo en el «Madrid F. C», para que vean que sólo me guía la buena intención de librarles de semejantes pasos, que tan poco favorecen y tanto deprimen y desaniman.

Al mismo tiempo, espero que les sirva de consejo y lección, y cuando vengan á invitar al «Athletic-club», con quien tienen concertados dos encuentros, lo hagan en las debidas condiciones, para que asi puedan obtener verdaderos laureles.

De no hacerlo así, más vale que renuncien al viaje; los exaltados afanes excursionistas son nocivos para la economía balompística, como lo podrá atestiguar el enemigo que tuvo el «Madrid F. C » , en Jolaseta que no recaudó ni el cincuenta por ciento de
lo que costó el viaje de los madrileños