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Madrid F.C. contra Barcelona F.C. Primera Eliminatoria Final 13/4/1916

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Enorme era la expectación que había despertado el partido que los campeones de las regiones Cataluña(Barcelona F.C.) y Centro(Madrid F.C.) debían jugar en el campo del «Athletic» de Madrid, el domingo 13 del corriente, partido del que debía salir el Club finalista; los equipos se presentaban completos; tanto el Club madrileño como el catalán, habían puesto en ellos lo mejor de lo mejor.

El «M. F. C.» presenta el ala derecha de su línea delantera reforzada con elementos superiorísimos. Para I referee se ha nombrado una personaIlídad de alto prestigio personal y futI bolistico, que ha venido de San Sebastían expresamente para arbitrar este encuentro: José Berraondo.

Mucho antes de la hora señalada para empezar, está el campo totalmente lleno de público, á pesar de ser día laborable, y, lo que es más aún, á pesar de que á la misma hora luciría sus habilidades en la plaza de Madrid uno de los fenómenos.

El primer equipo que aparece es el campeón catalán y es ovacionado, así, como suena, ovacionado fuertemente, sinceramente. Poco después hace su presentación el *M. F. C » , y aun cuando es recibido con otra ovación, es ésta bastante menos calurosa que la que se le ha tributado á los catalanes.

Los equipos están formados por los siguientes jugadores:
Barcelona F. C.
Brú, Reguera, Massana, Torralba, Massana (A.), Baonza, Viñals, Bau, Martínez, Alcántara, Mallorquí
Madrid F.C.
Lemmel, Erice, La Serna, Aranguren (E.), Petit (R.), Castell, Casanueva, Belaunde, Bernabeu, Petit (J.), Aranguren (S.)

Como jueces de líneas están los señores Peñalosa, del «Athletic», y Larrañaga, del Racing». De jueces de goal actúan los señores Pascual y Schyller, ambos del «Racing».

A las cuatro en punto, bajo las órdenes del Sr. Berraondo, empieza el partido.
Le toca sacar al «M. F. C», que lucha contra el aire y el sol, y, á pesar de ello, comienza con tal brío, que á los tres minutos de juego, y después de una preciosa combinación de su línea delantera, á la que sirve el balón admirablemente Aranguren (E.), Luisito Belaunde remata colosalmente, poniendo el balón en la red.
Ovación merecidísima á Belaunde.

Después, un faut del «B. F. C»; una mano de Sotero; dos off-side de Belaunde y uno de Bau; una porción de jugadas preparatorias hasta que, al fin. Alcántara lanza un shoot colosal que Lemmel para colosalmente también, aun cuando tira la pelota á córner, el cual se tira sin consecuencias.

Nuevamente ataca el «M. F. C.» con verdadero brío y Bernabeu shoota estupendamente; pero Brú evita el tanto: ha sido una parada magistral pero que no ha podido evitar el córner, que se tira sin resultado.

Sigue el ataque de los blancos, armándose un lío en la portería contraria, en el que Massana da una mano que, como es natural, se castiga con un penalty, que tira admirablemente, digan lo que digan, Bernabeu, y que Brú para de una manera prodigiosa, labor que se premia con una delirante ovación. Muy bien, Sr. Brú, muy bien.

Ahora atacan los catalanes de tal manera, que Alcántara consigue el empate, de una rasa que no para Lemmel porque, á mi juicio, se tira tarde.
Este goal es aplaudidísimo, pero el «M. F. C.» no se achica y vuelve á atacar, produciéndose una mélée, que finaliza con un nuevo tanto para los blancos.

Los del Barcelona luchan por el empate y lo consiguen, gracias á un estupendo centro de Viñals, que remata, á la media vuelta, Alcántara.
Esta jugada de Alcántara ha sido preciosa y se premia con una ovación general. Lemmel, esta vez, estaba descolocadísimo.
¡Qué se le va á hacer!

Se tira un córner contra el «Madrid», que no modifica el número de tantos, pero del que sale Castell lesionado, hasta el punto de que tiene que retirarse del campo, bajando entonces Petit (J.) á la línea de medios.
No obstante ser ahora diez los jugadores blancos, estos hacen tan precisa combinación de pases, que llegan al área de la meta catalana y, desde allí, Bernabeu tira un cañonazo que todos creemos goal, pero que no es porque Brú está hecho un coloso y lo para tirándose al suelo, y aún en esta posición vuelve á rechazar otro shoot de Bernabeu. Frenética ovación á Brú; bien se la ha ganado.

Así acaba el primer tiempo; están empatados á dos; el público, emocionadísimo y muy correcto, espera con impaciencia; todo el mundo alaba la labor de Berraondo, que está arbitrando con una vista y una imparcialidad admirables.

Va á empezar el segundo tiempo.
Castell aparece de nuevo. Al irse á colocar Brú en su portería es recibido con una ovación.
Al empezar este tiempo, Reguera carga muy feamente á Aranguren (S.) y es castigado el equipo catalán, el cual se vé en un aprieto porque Petit (R.), que ha recogido el balón, lo pasa á Aranguren (S.), que hace un centro magistral, que no es aprovechado por sus compañeros. ¡Qué lástima!

Dos corners se tiran contra el «Barcelona», el segundo, de una manera admirable, por Aranguren (E.), dando motivo á que se arme un prolongado lío en la puerta catalana,
que termina con una «mano» del equipo forastero, la cual se castiga con el consiguiente penalty, que tira Aranguren (E.) y que Brú para (¡cómo no!) tan colosalmente como el primero.

Y aquí viene la jugada de la tarde:
Aranguren (S.), que ha bajado á defender, se apodera del balón y corre la línea de una manera inconcebible, librándose de Torralba, Reguera y Massana, que, uno á uno, han querido interceptar su paso, y cuando ya está en el área hace un pase corto á Belaunde, que remata de tal manera, que ¡ni Brú! lo puede parar.
Un capitalista, entusiasmado por la filigrana que ha ejecutado Aranguren, se tira al campo y lo abraza.

El «B. F. C.» se rehace y redobla su furia en el ataque, de tal manera, que llevan el pelotón hasta la meta madrileña y, sin ver cómo ni quién, consiguen un goal. Con esto se animan los catalanes, coincidiendo con el decaimiento de las defensas madrileñas, lo que acarrea otro goal al «M. F. C», hecho, muy bonitamente, por Martínez.

Ahora pierde el «Madrid» y faltan muy pocos minutos para que termine el partido; el «B. F. C.» pierde todo el tiempo que puede, echando el balón fuera cuantas veces entra á
él. Baonza, al hacer un saque por la línea de toque, se pone á botar el balón, gastando tanto tiempo que el referee le llama la atención; por fin, saca, recogiendo el balón Casanueva, que está jugando enormemente, hace un centro bombeado preciso y Belaunde, que está valiente como él solo, se lanza contra el portero con tal furia y tal precisión, que llegan á Brú al mismo tiempo Belaunde y el balón, y los tres entran en la portería.
¡Se ha conseguido el empatel La alegría es delirante; la ovación estupenda.

Algunos de los del público se echan al campo para abrazar á Belaunde;
entre ellos hay algún desalmado tan ruin que, aprovechando que Belaunde está rodeado de público, se acerca á él como si le fuera á abrazar y, sin ser visto, le dá un puñetazo en el estómago que le obliga á retirarse del campo. ¡Que Dios le pague esta acción á ese anónimo y valiente caballero!

Se despeja el campo, se reanuda el juego y, en seguida, termina el tiempo reglamentario.
Se acuerda prolongar el partido por media hora. El «B. F. C.» empieza dominando completamente. Lemmel, que no está afortunado, hace una salida hasta muy lejos, y cuando está la portería desierta Alcántara larga un shóot colosal que va fuera.
Los blancos se rehacen, avanzan y Bernabeu tira un cañonazo con la izquierda, tan colosal, que á Brú le es imposible detener el balón. Después de esto hay un buen centro de Botero y un remate colosal de cabeza de Belaunde, que da en el larguero.
¡Qué mala suerte!

Se tira un golpe franco contra el «Barcelona», que origina una melée peligrosa, pero Reguera salva la situación prodigiosamente, y asi acaba el primer tiempo de la ampliación.

El segundo tiempo empieza con el ataque de los de fuera, que consiguen un goal gracias á que Lemmel está dejado de la mano de Dios.
¡Otra vez empatados!

Se tiran tres corners contra el «Madrid», lo que demuestra que los catalanes dominan ¡y vaya si dominan! como que consiguen el sexto goal; ahora ha estado desafortunado Erice, que no debió meter la cabeza. Falta muy poco tiempo para terminar el partido y el «Barcelona» va ganando; los «madrileñistas» están desolados porque ven que se pierde el partido; pero no es así, porque Massana, estando en el área de penalty, para el balón con la mano.
Se va á tirar el penalty; ya no faltan más que tres minutos para que termine el partido; asi es que si este penalty se tira mal, no habrá esperanzas.
De todo esto tiene que hacerse cargo Bernabeu; él lo va á tirar, es el capitán del equipo y quiere asumir esa gran responsabilidad; todo el mundo, estoy seguro, recuerda lo que ha pasado con los otros dos penaltys tirados esta tarde; en el campo no se oye el más leve ruido; suena el pito, Bernabeu mete el pie y el balón da en la red. (Indescriptible entusiasmo).

Y así acaba, empatados á seis, este partido tan lleno de emociones.
Del equipo catalán diré que Brú ha eclipsado la labor de sus compañeros; difícilmente creo que ni él, ni ningún otro portero, vuelva á jugar otro partido como el que ha jugado hoy. A continuación viene Alcántara y luego Torralba y Mallorquí. Massana (S.) bastante flojo. En conjunto, que el equipo forastero me pareció, excepto el portero, inferior al nuestro.

De los blancos hay que alabar por igual, á la línea de delanteros sobresaliendo Bernabeu y Aranguren, pero, repito, que toda la línea jugó colosalmente, y la prueba de ello es que le hicieron seis goals á un Brú.
Belaunde, valientísimo; Casanueva me gustó mucho; Juanito Petit bien, pero sabe estar mejor.
La linea de medios, como siempre, perfectamente; ese Petit vale un mundo, en todas partes se le vé.
Los defensas flojearon un poco; verdad es que algo había de desconcertarles la poca confianza que tenían en el portero; éste estuvo bastante flojo.
El referee, colosal; manteniendo una autoridad inquebrantable, con muchísima vista y absoluta imparcialidad.

Creo que después de este partido no seguirán creyendo en Barcelona que el equipo del «B. F, C.» tiene sobre el del «M. F. C.» esa superioridad tan recalcada por algunos cronistas catalanes á raiz de jugarse la segunda semifinal; y para probar que hay jugadores del «B. F. C.» que no creen en esa superioridad, repetiré aquí una frase que me dijo el capitán del equipo catalán á la salida del teatro Eslava, donde tuve el gusto de estar con él la noche del día que se jugó este partido, frase que creo recordará el Sr. Massana, y que fué la siguiente: «Si Brú no hubiera tenido una buena tarde, como la ha tenido, los madrileños nos hubieran hecho lo menos diez goals».