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Madrid F.C. contra Racing F.C. 4/6/1916

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Con el partido jugado entre el Madrid. F.C. y el Racing. F.C. de esta corte, el día 4 del actual, ha terminado el Concurso «Copas Espuñes» y la temporada futbolística.
No creíamos, ciertamente, que, ni por el calorcito que hacía, ni por el equipo que presentaba el club de «los blancos», se viera concurrido el campo de la calle O’Donnell, pero nos vimos agradablemente sorprendidos al contemplar la abundancia de público que iba á presenciar este partido.

El «Racing» presenta su equipo completo, y el «Madrid», por «azares de la vida» ó no sé por qué, presenta un once cuya línea delantera, excepción hecha de Petit, está formada por unos buenos muchachos, llenos de voluntad y buen deseo, pero que aún no están en condiciones de ocupar esos puestos en primeros equipos; y diré más, hay algunos, el Sr. Rivas, por ejemplo, que nunca «será nada» en esto del fútbol, porque es tal la cantidad de miedo que tiene cuando practica este sport, que aseguro rotundamente que es el jugador que he visto con más prudencia de todos cuantos vi actuar en campos de fútbol, desde que se practica este deporte en España y en el extranjero.

Las cosas claras, Sr. Rivas:si no se desecha ese pánico, verdaderamente vergonzoso, es mejor que se retire usted.

A nuestro juicio, hubo en este encuentro un jugador, que fué el que verdaderamente debió ganar las once copas él sólito. Se trata de Machin; es imposible describir la barbaridad que jugó; con tenernos acostumbrados, como nos tiene, á dejarnos siempre epatado con su juego, en este partido «se superó á sí propio», y á él, únicamente á él, secundado por Teus, que se está haciendo un gran portero, se debió que la victoria sólo fuera por 1 á 0.
Yo no acostumbro nunca á hablar en mis crónicas del referee; pero el que ha arbitrado este match, bien merece dos renglones.

En primer lugar, los jugadores y el público le debemos agradecimiento, porque fué sacado del público, desde donde se disponía á presenciar tranquilamente el partido; así es que no cabe duda que, por esta vez, se sacrifícó por el sport. Ahora que esto no le disculpa de que lo hiciera tan deficientemente como lo hizo; basta con decir que sólo tocaba el pito cuando el balón salía de juego; para él no había faut, ni off-sides, ni manos, ni hada. ¡No hay derecho!

¿Es que vamos á volver á los tiempos en que los referees tenían que ser buscados entre el público momentos antes de comenzar los partidos?
¡No, por Diosl

El colegio de referees venía llenando muy bien su cometido. ¿Por qué no seguir como
hasta aquí, enviando uno de sus miembros, nombrados con anterioridad, para arbitrar cada partido?
La F. R. C. debe cuidar de esto.