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El Madrid Finalista tras Ganar al España de Barcelona abril 1917

El Madrid Finalista tras ganar al españa de Barcelona. En un ambiente completamente hostil se jugó la semifinal «Cataluña-Centro» en Barcelona. El disgusto barcelonés tenía por base exclusivamente el desagrado con que en Barcelona se supo que el «Madrid» no iba para la primera fecha que se anunció el partido de desempate, ni para la segunda, ni para la tercera; que pedia se vallasen las líneas de juego, que le pagaran el viaje, que le aceptasen determinado arbitro, que, no pudiendo ir á jugar á Barcelona el 22, sí pudieran jugar contra el «Barcelona» en Madrid el 21 y el 23.

Al final del partido hubo algunas manifestaciones de incultura análogas á las que en otros campos se han producido algunas reces contra equipos forasteros y aun contra equipos de la misma localidad.

Lo interesante para la región Centro es que su equipo representativo ha ganado el puesto de finalista, y que esta victoria no ha obedecido solamente á la fortuna de un penalty de interpretación de arbitro, sino á una constante superioridad que se desprende de las versiones de toda la Prensa catalana.
Copiamos al efecto trozos de La Vanguardia y El Diluvio que condensan la opinión unánime de lo que fué el partido:

Dice La Vanguardia:
Ganó el «Madrid»,porque jugó ayer infinitamente mejor que nuestro equipo rojo.
La actuación del equipo madrileño fué espléndida y correctísima. Jugó con entusiasmo que no decayó ni un solo momento, á pesar de que la desgracia les persiguió.

El team rojo, salvo Baró, que luchó por diez, y de Salvo, que, á pesar de no estar en condiciones de jugar, fué el Salvo providencial de siempre, los demás jugaron con tanta apatía, que momentos hubo en que creímos que jugaba un cuarto equipo.

Alguno de ellos estorbó más que favoreció á sus compañeros. Ratos tuvieron en que
algunos de ellos se descompusieron, actuando en forma que no correspondía ante la corrección de sus adversarios.

Parecieron reanimarse en la segunda parte, después de haberles entrado el goal de penalty los madrileños; pero, á pesar de eso, de nada les valió su esfuerzo. En esta parte se distinguieron Segarra y Mariné.

En cuanto al referee su actuación nos pareció, en conjunto, muy aceptable, con ligeros peros. El enorme castigo impuesto al «España» no correspondió á lo leve de la falta cometida. Prats no puso las manos para aguantar el balón en la misma línea del área de defensa; la pelota fué á dar en el brazo de Prats. Esto dicho, no cabe negar que Arzuaga aplicó el castigo reglamentario, inclinándose su ánimo más á la severidad que á la benevolencia. No cabe discutirlo, sólo lamentarlo.

Si en alguna ocasión pecó de indulgente con el «Madrid», los pareceres están muy encontrados y no hemos de ahondar por nuestra parte en censuras hacia quien cumplió su difícil cometido durante todo el partido con gran imparcialidad. El hecho de agredirle, ó de intentar agredirle, al terminar el match fué de todo puntó injusto, y lo reprobamos enérgicamente, como reprobamos la actitud de unos cuantos que pretendieron organizar una manifestación de protesta contra aquéllos que, después de cuatro terribles partidos de competencia, llegan á finalistas por haber jugado mejor que los nuestros.

Hay que saber perder con dignidad y servirnos de enmienda todo lo ocurrido hogaño,
para que vengan mejores tiempos para el fútbol catalán.

Dice El Diluvio:
Llamando las cosas por su nombre, el «Madrid» jugó infinitamente mejor. Acertado Teus con todo y haber recibido dos ó tres serios encontronazos; seguros los defensas, repartiendo bien ios medios y gustando las escapadas de los delanteros.
Entonces, ¿cómo no consiguió mejor resultado el team madrileño? Ya hemos dicho la causa: los medios del «España», gracias á su actuación, lograron terminar el primer tiempo á cero goals.

El segundo tiempo fué algo más animado; sobre todo duro y algo sucio. El dominio en sus tres cuartas partes fué del «Madrid».
El resultado del partido fué favorable al «Madrid» por el único goal de la tarde, efecto de un penalty, quedando finalista en definitiva.

Parece que luego hubo dentro del campo y fuera de él algunos actos de incultura, de los que no nos hacemos eco por ser completamente legos en este indigno sport.