Se han disputado dos partidos internacionales entre el Madrid F.C. contra L´Etoile de Suiza los dias 28 y 29 de diciembre.
El equipo suizo venía precedido de gran fama: días antes había empatado en Bilbao con el campeón de España, y en su equipo vienen dos «nacionales».
Verdaderamente no se ha defraudado la espectación con estos encuentros, que resultaron preciosísimos é interesantísimos.
En el primero se empató á dos goals, debiéndose, sin duda alguna, el empate al portero suizo, que paró lo indecible; muchas y grandes ovaciones se ganó este jugador, pero podemos decir que fueron pocas con relación á su actuación.
El segundo encuentro lo ganó el por 5 á 1, y no porque el contrario jugara mal, sino porque el equipo blanco lo hizo maravillosamente; pocas veces ó, mejor dicho, ninguna, hemos visto en el «Madrid F. C.» la acometividad, el brío, el empuje que desarrolló en la primera parte de este partido; así se comprende que la diferencia de goals haya sido tan grande, jugando con un enemigo verdaderamente formidable.
El equipo suizo es muy bueno: son muy rápidos, pasan admirablemente y marcan á la perfección; el portero es, quizá, el mejor guardameta que hemos visto en Madrid; la línea delantera cuenta con dos elementos magníficos: los hermanos Wys; son ligerísimos, poseen un dominio asombroso del balón y chutan fenomenalmente; el extremo izquierdo también es bueno, pero no tanto; el medio centro ha gustado mucho y ha trabajado un horror, porque las alas de esta línea flojeaban un poco.
De nuestro equipo no puede hacerse distinción ninguna; todos han jugado de una manera sorprendente; yo creo que el mejor elogio que se puede hacer de ellos es decir el resultado del encuentro: 5 á 1.
Y, ahora, mi felicitación á la Junta del «Madrid F. C.» que sabe arreglárselas de manera para proporcionarnos estos matches sin tener en cuenta aquello de «las actuales circunstancias ».