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Real Unión de Irún contra Madrid F.C. 23-2-1917

Verdadero deseo y gran interés había en Madrid por ver jugar á la «Real Unión» de Irún, y al «Madrid F.C.», que hace cuanto puede, y más, por complacer á la afíción madrileña que, por otra parte, tan bien le corresponde; cedió cuanto hubo que ceder, aviniéndose á las exigencias del club irunés y concertó con él dos partidos, que se han llevado á cabo los días 23 y 25 del pasado febrero.

En el primer partido el «M. F.C.» presenta su equipo desfigurado, formando en él Kinke (ya pareció), Cordero y Zabalo. La falta de Sofero Aranguren hace que el equipo salga algo desanimado; lo comprendo, al público también le pasa algo parecido.

Con el empate á uno terminó este partido, en el que dominó casi constantemente el «M. F. C»; el tanto hecho por Juanito Petit fué un modelo de shoot, aprovechando un pase corto de Kinke; el del Irún fué efecto de un faut, tirado desde la línea del área, que Legarreta remató: no fué un tanto ni bonito, ni difícil.

En este primer partido ha jugado muy bien Patricio, Bello y Muguruza de los forasteros, y de los de casa, Bernabeu, Erice y los dos Petit; Kinke, muy desentrenado, no hizo nada; Cordero y Zabalo voluntariosos, pero no basta; Alvarez, de extremo izquierda, una nulidad.

El segundo partido se celebra ante un numerosísimo público; el «M. F. C.» presenta su equipo completo, excepción hecha del gran Sotero Aranguren, que ya es algo.
Este partido se ha distinguido por la anarquía reinante en la línea delantera del «M. F. C.»: nadie quería ocupar el extremo izquierda, y fueron pasando por ese puesto todos los que componían la línea. Así no puede ser, señor copitán del equipo; un poco más de energía y disciplina, ó dejarlo.

Pero, á pesar de todo esto y de que Bello y Carrasco han jugado mucho, en este partido ha dominado el «M. F. C.» aún más que en el anterior, sobre todo en la segunda parte, en la que ha estado el equipo forastero materialmente acorralado en su portería, pero como la suerte estaba en contra de los de casa, el balón pegaba en todas partes menos en la red.

Y, cosas de fútbol, el equipo que domina todo el partido y, más, que arrolla, pierde por uno á cero; verdad es que ese goal que le hicieron al «Madrid» no debieron hacérselo nunca, porque no me explico qué hizo el Sr. Teus en esta ocasión.

El equipo que «nos ha visitado ha dejado aquí excelente impresión: les caracteriza la rapidez de juego, resultando difícilísimo de marcar; tienen, también, un bonito y práctico juego de cabeza; son duros y están muy entrenados.

Muguruza es un gran portero; en el segundo partido de los jugados ahora ha estado, sencillamente, colosal, y así se lo demostró el público tributándole sonoras ovaciones.
Las defensas del campeón del Centro han flojeado mucho, pero mucho; si no se enmiendan no sé qué va á pasar en las semifinales de este año.

Sigo sin rectificar mi idea de que Bernabeu debe figurar en la línea delantera del «M. F. C.»: es un gran chutador y, además, entra al portero como ninguno. ¿Que á quién se quita? Piénsenlo, piénsenlo; veréis que pronto surge el nombre.